martes, 3 de junio de 2014

reflexión de las 4:42 de la mañana

La vida no es más que un pelo. La vida, definitivamente, es un pelo. Uno que no pertenece a una cabeza, a un pecho o a un pubis. Un pelo que pertenece al viento. Un pelo que puede ir bien o que puede ir mal, que puede permanecer mucho tiempo atascado, varado en una superficie rugosa y adherente similar a una camisa, pero que tarde o temprano seguirá hacia delante. Porque un pelo no es más que una historia, y las historias avanzan. Muchas hacen elipsis. Muchas, de un párrafo a otro, se saltan diez años en la narración. Diez años de camisa. Pero siempre continúan. Siempre. Y siempre, a merced del viento.
Al final todos somos historias, haz de la tuya una buena.
Y cuídate el pelo, cabronazo, que tienes antecedentes de calvicie en tu familia paterna.

2 comentarios:

  1. Acabarás como mi gerente alopécico si no te cuidas el pelo. (29 tacos y se tiene que rapar porque las entradas le dan la vuelta a su cabeza...)

    ResponderEliminar